Una de las preguntas que más se hacen las personas que comienzan o quieren empezar su carrera como entrenador de fútbol es: ¿cuánto voy a cobrar por entrenar? De hecho, muchos compañeros no se quedan ahí, sino que creen que van a ganar elevadas cantidades desde el principio. No digo que no pueda ocurrir, pero la realidad es otra. Es más, la duda para algunos es la pregunta correcta sería: ¿voy a cobrar algo cuando empiece a entrenar?
En España esta última pregunta podría resultar incluso ofensiva, puesto que en la actualidad, es difícil encontrar un entrenador (federado y titulado) que no reciba una contribución económica (aunque sea mínima) a cambio de entrenar. Afortunadamente, la situación de los entrenadores ha mejorado bastante desde hace algún tiempo.
La realidad del entrenador novel
Sin embargo, esto no siempre fue así. De hecho, yo no recibí ni un euro en mis dos primeros años como entrenador federado de 2007 a 2009. No me supuso un dolor de cabeza. En absoluto. Estaba empezando y mi prioridad era conseguir una oportunidad para entrenar e ir adquiriendo experiencia. La encontré y la acepté. Así que, cero reproches.
Mi primer contrato como entrenador de fútbol federado con el que obtuve un salario a cambio de entrenar fue en 2010, cuando me hice cargo del Alevín B y del bebé del Recreativo Vegas del Genil de Granada. Aquel dinero era necesario, por otra parte, puesto que marché a vivir a la capital granadina para estudiar y lo único que tenía en los bolsillos en esos momentos era algún que otro agujero. Lo que iba a cobrar como entrenador no era una locura, puesto que alcanzaba los 350 euros, pero era un comienzo.
El primer sueldo: más que dinero, una oportunidad
Después de varios años entrenando y tras haber conseguido el nivel 2 de entrenador, surgió la oportunidad de marchar a India. Fue algo que tardó en concretarse alrededor de un año, pero que al final pudo hacerse realidad. En otro momento te contaré como un entrenador de un pequeño pueblo al norte de Málaga como yo, acabó aterrizando en el que ya es el país más poblado del planeta.
Podrías pensar que mi situación económica mejoraría con respecto a lo que percibía en España. Pues no. Durante seis meses estuve cobrando una cantidad incluso inferior a la que recibía en mi país: alrededor de 27000 rupias. Es cierto que en el acuerdo se incluía el alquiler… de otra forma no sé cómo podría haber sobrevivido.
Experiencia internacional, más allá de un salario
Te estarás preguntando que por qué acepte un tan poco. Mis circunstancias. Y es considerando tus propias circunstancias, como puedes dar respuesta a las preguntas que nos hacíamos al principio del texto. Cobrar o no cobrar como entrenador y, cobrar más o menos, dependerá de tu realidad presente.
Es posible que haya momentos en los que te veas obligado a aceptar unas condiciones que no aceptarías si, por ejemplo, tuvieras una mayor experiencia entrenando. También podrías exigir un salario mayor si has demostrado previamente que eres capaz de obtener el máximo rendimiento de los equipos con los que has trabajado. Igualmente, podrías sacrificar parte de ese salario si se incorporan otros beneficios como alquiler, gastos de desplazamiento, etc.
Mi consejo como entrenador es que analices tus circunstancias presentes e intentes ajustar tus demandas a las ofertas que encajen con tu perfil. Procura no excederte, ni quedarte corto. No es fácil, pero con el tiempo todo te será mucho más claro. Del mismo modo, intenta entender los beneficios de tu decisión a largo plazo; puede que una oferta no sea económicamente interesante, pero que te sirva como trampolín para conseguir potenciales mejores ofertas.
Tu valor como entrenador no siempre se mide en euros, rupias o dólares; cada paso, cada decisión, te lleva más cerca de donde quieres estar. ¿Cuál es tu experiencia en este sentido? ¿Te has encontrado en una situación similar? ¿Aceptarías un salario menor por una gran oportunidad? ¿Quieres contarme cómo has gestionado este tema a lo largo de tu carrera? ¡Puedes hacerlo en los comentarios!